sábado, 31 de diciembre de 2011

Azul y Roca

En la primera entrada del nuevo año, quiero, sin palabras, exhibir mi último y gran descubrimiento: La Pedriza. Y, también sin palabras, agradecimiento a los que intentan animarme pese a mi mal humor. Y a la naturaleza que me da cobijo, siempre.

La Pedriza, es un lugar espectacular al lado de Madrid (no entiendo cómo no lo había visitado antes), sus rocas son ideales para perderse. Además es un sitio enorme, mucho más grande de lo que yo pensaba, con numerosos valles, montañas, rutas y senderos que descubrir, y mucho más para los que disfrutan más a campo -y roca- a través. Seguro que no tardaré en volver.





 







Feliz 2012. Espero que sea un gran año para todos los que os lo merecéis. 

La Mancha Húmeda

Como hace ya algún tiempo de esta escapada, no voy a hacer memoria para hablar del recorrido, paradas, eventos o especies avistadas. Me limito a escupir una colección de fotos que den una idea aproximada del paisaje que visitamos.

Carrizo helado.

Cuando llegamos a Alcazar de San juan, una densa niebla cubría el paisaje,
y una capa de escarcha el suelo y la vegetación.

La primera parada, cuando todos sacamos prismáticos, telescopios y
teleobjetivos, fue para mi algo nuevo y gracioso.

Fuimos recorriendo varias lagunas. Pese a su similitud, las pocas diferencias
entre ellas determinaban unas comunidades muy distintas.

Me fui acostumbrando a la imagen de la batería de teleobservación.

En las últimas paradas, una luz espectacular, lástima de teleobjetivo para
hacer buenas fotos.

Lagunas rodeadas por varios tipos de carrizo y playas de limícolas.

El Teniente Ortega supervisa la instrucción de tiro al pato.

Paisaje manchego.

Paisaje ibicenco en la mancha. Esa casita azul es un hide permanente, dentro
hacía demasiado frío así que la batería de observación se estableció fuera.

Carrizos, agua, aves: La Mancha Húmeda.

Aunque no me apetecía demasiado, me alegré de salir a tomar el aire, que siempre me sienta bien. Muy amables y simpáticos todos los integrantes de la expedición, además de una fuente inagotable de sabiduría todos ellos. Supongo que algún día Alfredo publicará en Álula alguna entrada más extensa contando lo que vimos e hicimos.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Thorny Flower

Estas, que empiezan a convertirse en uno de mis motivos favoritos. De nuevo, Nemo me impune lacessit.

Full of spikes.

Fotos en Aranjuez. Visitamos un carrizal de varias hectáreas en mitad de la nada.
Proyecto Palustre: saldado con la increible suma de un escribano palustre, a falta de 49 para que los datos sean suficientes. Y rodilla destrozada, para acabar de arreglar el día y los venideros, esguince, o lo que sea. 


Cardos al contraluz del anochecer. Una foto tan fácil que da lástima, pero
es lo que hay, no hay más.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Ocaso

Se hace de noche. Estoy cansado. Me voy a dormir.

Gracias a quienes pierden su tiempo conmigo.

A dormir.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Freedom

Como dijo Alguien: "A prayer for the wild at heart kept in cages".
Hace tiempo ya puse un pequeño y siniestro invento, hoy, para qué sirve. ¿Por qué?
Acompañadlo con alguna canción de Fever ray. Algo así oscuro y triste.


¿Por qué empeñarse en escapar?
Para salir a otra jaula, un poco más grande, cuyos barrotes no son tan evidentes.
¿Para qué?
Para creerse libre.
¿Por qué importa ser libre?
Solo así puedes creerte dueño de tus actos y amo de tu destino.

¿Entonces?
Entonces, sólo queda asumir que la libertad no existe más que de forma residual, que no puedes controlar lo que te pase, y que morirás encerrado en una jaula. De ti depende el tamaño de la jaula y el color de sus barrotes.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Escapada al Campo

Esta mañana en lugar de ir a clase he hecho una pequeña escapada al campo, cerca de Madrid, a las charcas de Los Camorchos, entre Torrelodones y Hoyo de Manzanares. De acuerdo con la Real Academia Española, esto significa:

Escapada:
2. f. Acción de escapar.
3. f. Abandono temporal de las ocupaciones habituales, generalmente con objeto de divertirse o distraerse.

Campo:
1. m. Terreno extenso fuera de poblado.
4. m. Sembrados, árboles y demás cultivos.
5. m. Sitio que se elegía para salir a algún desafío.

Así que eso hice, entended como más os gusten las acepciones, yo prefiero pensar en duelos y desafíos..

Los Camorchos se componen de varias charcas bastante amplias.

Están bien conservadas y la vegetación es abundante tanto fuera como
dentro del agua (pero en invierno no dice mucho).

Se encuentran rodeadas por encinares.

Tras un rato buscando herpetos por los alrededores de las charcas, con un frío y un viento bastante desagradables (sobre todo para ellos, que yo llevaba abrigo), no encontré nada más que una simpática rana que se encontraba próxima a la congelación. Aunque sabía que mis manos están cubiertas de secreciones capaces de herir la sensible piel de los anfibios, había lavado mis manos en la gélida agua de las charcas, y cuando noté la temperatura de la pobre rana, no pude evitar tenerla un rato en mi mano cediéndole un poco del calor que nos sobra y me pareció a ella le faltaba. 

El humus condensa minúsculas gotas de agua.

Esta simpática rana, me habría servido de modelo toda la mañana, como una
piedra sin moverse (estaba helada). Tras sustraer un poco del calor de mi
mano, recobró algo de movilidad, lo justo para esconderse por si sola.

Su piel está cubierta de glándulas, y siempre húmeda.

Cuando la solté, cerca de una piedra bajo la que podía guarecerse (la encontré apenas bajo una baldosa de un par de centímetros de grosor) ya había recuperado las fuerza suficientes para enterrarse por sus propios medios.
Como no tenía muchas perspectivas de avistar anfibios, decidí abandonar el entorno próximo de las charcas y buscar cualquier bicho que se dejase fotografiar. Dejé el macro puesto en la cámara y fui buscando bajo las piedras del encinar.

A estas alturas la mayoría de las colonias de hormigas no tienen ya
individuos alados, pero en esta colonia pueden verse todas las castas,
supongo que las aladas más grandes son futuras reinas.

Los cercos sirven a esta escolopendra como la cola a un mono o serpiente.

En la cabeza, sus fuertes forcípulas mantienen mis dedos a raya.

Durante unos segundos, observando la locomoción peristáltica de esta
lombriz, casi entendí a Darío y a Dolores.

Una pequeña oruga, desconocida para mi (si alguien la conoce que me
instruya) posa sobre mi dedo.

Aquí se observa fenomenal el acusado dimorfismo textual de las tijeretas
(Dermaptera), la hembra presenta unos cercos pequeños y rectos, mientras
que el macho tiene unos enormes cercos curvados formando una tenaza
que sirve para sujetar a la hembra durante la cópula.

Varios líquenes posaron también ante mi objetivo.

"Nemo me impune lacessit".


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Edinbourgh

Aunque las últimas 9 entradas han sido un agradecimiento más o menos implícito a todos los integrantes de este pequeño crucero, como no hay 9 sin 10, quiero hacer una última entrada de agradecimiento explícito. 
Gracias a los cuatro por todo.

Gracias a Sonia porque sin ella el viaje no habría sucedido, yo sin presión no me muevo.
Gracias a mis padres porque lo sufragado y me han subvencionado las compras.
Gracias, sobre todo, a Sofía y Antón, que nos han acogido, guiado y divertido.
Y gracias, repetidas gracias, a Antón. Por todo, y por el viaje.

Como advierte la señal, tiene un humor peculiar, tan malo como divertido.

Edimburgo (Día 4 - Segunda y última parte)

Para acabar con el recorrido del viaje, voy a poner una colección de algunos de los ejemplares del museo, los que más me han gustado o mejor se han dejado retratar. Quiero meter todo en una única entrada, así que probablemente sea demasiado larga, pero intentaré no escribir demasiado y que sea tan solo una colección de imágenes.

Destacan las muchas maquetas y fósiles de dinosaurios que habitan el museo, esqueletos fósiles completos y montados (como el gran Tiranosaurus rex que da la bienvenida a la sala, al más puro estilo de Jurassic Park, o este pequeño pterosaurio volador, cuyo nivel de detalle es exquisito).

Este pequeño Dimorphodon tenía incluso pelo sobre los brazos y el cuerpo,
un cuidado detalle y un bonito acabado.

Hace tiempo leí un libro sobre un dibujante apasionado por la reconstrucción de este animal, desde entonces cada vez que lo encuentro en un museo me encanta admirarlo de arriba a abajo.

Varios esqueletos de dientes de sable decoran la sala, este Smilodon
completo se deja comparar con otros felinos, que a su lado, pese a no
estar descarnados, parecen gatitos.

Esqueletos, fósiles y animales disecados se entremezclan por toda la sala, en un caos bastante ordenado que muestra similitudes o diferencias entre animales dispares o emparentados.

Desde el piso superior te encuentras a esta jirafa y a este Megatherium
mirándote anhelantes por si les das algún cacahuete.

Los dientes de este cocodrilo (Sarcosuchus imperator), de 12 metros y 8
toneladas decoran unas mandíbulas en las que cabe un niño de pie.

Retocado hasta transformarse más en un icono que en una fotografía, este
ambliplgido decora ahora mismo mi fondo de escritorio.

Un simpático numbat se busca el sustento entre la hojarasca.

Aunque la foto está muy granulada porque estaba oscuro, me gustó la
escena del enorme pollo de cuco (ya crecidito además) alimentado por un
pobre mosquitero parasitado.

Este elefantito, no se si disecado o maqueta, exhibe tal realismo que sus
ojos llorosos resultan conmovedores.

Como esta lechuza, la mayoría (por no decir todos) de los
ejemplares han sido disecados en actitud activa, cazando,
saltando, huyendo, comiendo...

Para que sirva de referencia, esta cría de león es, a juicio de los entendidos,
uno de los peores ejemplares del museo. Pese a todo conserva una actitud
relativamente realista.

Este lagópodo alpino se camufla en la nieve, aunque hace bastante frío
imagino que tendrán que cambiarla todos los días cuando se derrita.

Nuestro pez, de topos azules sobre fondo rosa, no supo camuflarse con los
arrecifes de colores, y murió devorado por la sombra de un depredador.

Esta Hyla se adhiere al cristal de la vitrina por el lado opuesto al resto de
los ejemplares, ofreciendo la panza al visitante.

La ya famosa zarigüella acarrea a su rosada prole.

Un rinoceronte nos amenaza con su enorme cuerno de pelo.

La foto es horrible pero quería representar esta sencilla obra de arte, de mis
favoritas, una maqueta de resina de un pie muy realista sufre el ataque del
pequeño Conde Drácula, el verdadero y genuino.

También famoso, este zorrillo se abalanza sobre los usuarios de mochilas.

El realismo de los animales es tal que parecen vivos, no solo en la postura,
también la elección y colocación de los ojos suele ser un detalle importante,
y el cuidado (sea cual sea) del pelaje les da un brillo "vivo".

Tal y como empezamos la visita a la sala de Ciencias Naturales, la acabamos
con Parque Jurásico en la cabeza.

Tras la sala reservada a las ciencias naturales (que no se por qué se llama así en todos los museos cuando debería llamarse museo Zoológico o algo así, salvo una pequeña fracción sobre minerales y geología), aún nos quedaba la última sorpresa de la ciudad.
Aunque Antón ya nos lo había dicho, habíamos olvidado que en Edimburgo nació la mayor celebridad de entre los bóvidos del mundo. En la parte de Ciencia y Tecnología (o algo así), un expositor muy iluminado y giratorio exhibe a Dolly, que fue en su día el hito de la clonación.

La oveja más famosa del mundo da vueltas en una vitrina giratoria.

Siete años y medio después de su nacimiento, Dolly murió, aquejada de una enfermedad pulmonar degenerativa (aparentemente sin relación con su clonación), fue sacrificada para evitarle el sufrimiento físico, el 14 de Febrero de 2003, pero pervive, en el Museo Nacional de Escocia.

Y de ahí a comer, de comer al bus, del bus al avión y a Madrid. Todo en buena compañía pero ya con cara de pena. Lo bueno de lo bueno es que al acabarse no te olvidas de lo bueno que fue, y sólo así puede volver a ser igual de bueno cuando vuelve a suceder.